Razones de actividad o eficiencia


Las razones financieras de actividad o eficiencia miden la rapidez con la que diversas cuentas se convierten en ventas o efectivo, es decir, en entradas o salidas. (Gitman y Zutter, p. 68). Los ratios de actividad le permiten responder al analista financiero, entre otras, las siguientes preguntas: ¿cuál es la efectividad de la empresa para convertir sus inventarios en productos terminados?, ¿qué tanto tiempo le toma a la firma el cobro de sus deudas?, ¿cuánto le toma a la compañía pagar lo que debe? o ¿cuál es la capacidad de una organización para generar recursos a partir de sus activos?
Los índices de actividad que se usan con mayor frecuencia en el análisis financiero, son:

Rotación de inventarios

Es un indicador de la actividad del inventario de una empresa, es decir, indica cuántas veces las existencias totales se han renovado en un tiempo dado y se calcula así:
Rotación de inventarios
La rotación resultante tiene significado solo cuando se compara con la de otras empresas de la misma industria o con la rotación pasada de los inventarios de la empresa. (Gitman y Zutter, p.118)
Muchos creen que mientras más alta sea la rotación del inventario de la empresa con mayor eficiencia se administra su inventario. Esto es verdad hasta cierto punto, pasado el cual, una alta rotación de inventario puede significar problemas. Por ejemplo, una forma de aumentar la rotación del inventario es manteniéndolo a un nivel bajo. Sin embargo, tal estrategia podría ocasionar una gran cantidad de faltantes en inventario, lo que se traduce en pérdidas de ventas por insuficiencia, lo que a su vez puede perjudicar las ventas futuras de la empresa. En cada industria hay un rango a la rotación del inventario que puede considerase conveniente. Los valores por debajo de este rango pueden indicar iliquidez o inventarios inactivos, en tanto que valores superiores a este límite pueden indicar inventarios insuficientes. (González, p.50)
Un procedimiento para calcular las existencias indispensables para el normal funcionamiento de la empresa —el stock útil— es el que consiste en dividir el coste de las ventas del ejercicio por el índice medio de su rotación en ejercicios anteriores. El valor del stock normal así obtenido y su comparación con el stock real permite detectar si es normal, insuficiente o excesivo. (Rubio, p.44)
Algunos autores consideran que para el cálculo de la rotación de inventarios no se debe considerar la cifra del inventario, que aparece en el balance general anualizado, sino que se debe emplear un inventario promedio el cual, siguiendo a Moyer et al. (p.75), se puede calcular de diversas formas; por ejemplo, si una empresa ha estado experimentando un significativo y continuo crecimiento del ritmo de ventas, el inventario promedio podría calcularse al sumar las cifras inicial y final del inventario durante el año y dividirla entre dos. Sin embargo, si las ventas son estacionales o están sujetas a fluctuaciones amplias, sería mejor sumar los saldos de inventario de fin de mes para todo el año y dividirlos entre doce.
La rotación de inventarios tiene la posibilidad de traducirse en otro ratio de actividad que se conoce como edad promedio del inventario, llamado también inventario en días, que muestra el número promedio de días que se requieren para vender el inventario y se calcula así:
Edad promedio del inventario
365 = número de días del año

Periodo promedio de cobro

Es el promedio de días que una cuenta por cobrar permanece sin ser liquidada, en otros términos, representa el plazo de tiempo promedio que una empresa debe esperar para recibir efectivo después de hacer una venta y tiene significado solo cuando se relaciona con las condiciones de crédito de la empresa. Se calcula de la siguiente manera:
Periodo promedio de cobro
Moyer et al. (p.75) exponen que para el análisis financiero de la empresa, por lo general, no es deseable un periodo promedio de cobranza que se encuentre sustancialmente por encima del normal en el sector, ya que podría indicar una política de crédito demasiado liberal. En definitiva, los gerentes de la empresa deben determinar si la política liberal de crédito incrementa las ventas y utilidades lo suficiente para justificar la elevación en el costo. En contraste, un periodo promedio de recuperación muy por debajo del normal para el sector podría indicar que los términos de crédito de la empresa son demasiado estrictos y que perjudican las ventas al limitar el crédito sólo a los mejores clientes. Si bien los clientes que pagan de manera lenta a moderada quizá parezcan problemáticos en términos individuales, pueden ser rentables como grupo, y una política de crédito demasiado estricta podría conducirlos hacia las empresas competidoras.



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